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Seminario popular "¿Por qué somos pobres si somos ricos?",
otro evento dónde nos sorprendió el interés de la gente. |
Aunque mi estancia como
voluntaria en el Centro Cultural Germina oficialmente terminó hace
tres semanas, eso no significaba que no nos volvamos a encontrar. La
primera “excusa” que apareció hace más de un mes era el día
internacional de la mujer. Para ese día quisimos hacer una marcha
feminista y taller para lxs adolescentes y me parecía que no me lo
puedo perder. Al final la idea de un taller se multiplicó por tres y
al taller de género que planificamos para el 8 de marzo se sumaron
un taller de reciclaje y educación ambiental y otro dedicado al amor
tóxico.
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Taller de reciclaje y de educación ambiental. |
En algunos momentos antes
de que se hayan realizado los talleres dudaba sobre si habrá
asistencia y si el pueblo se va a interesar. ¡Xpujil sorprendió en
grande! Junto con la coordinadora del centro, Sara y con la
voluntaria actual, Laura, íbamos invitando y avisando como pudimos y
creo que la asistencia nos sorprendió a todas. Al final, el día de
sábado hemos logrado reciclar y, con apoyo importante por parte de
Frida (¡gracias!), tener una charla dedicada a la biodiversidad y
conservación del medio ambiente. El martes hemos hablado sobre el
amor en su variedad sana y tóxica y debido al apoyo de Jorge
(¡gracias a tí también!) se sumaron al público de la secundaria
también lxs estudiantes de la universidad. Nuestras ganas de hacer
el día de la mujer “algo grande” se cumplieron de maneras
distintas a las esperadas. Aún así hemos disfrutado de formar la
parte reivindicativa de la marcha por el día internacional de la
mujer y luego de impartir el taller de género con público
literalmente “cazado” a última hora justo antes de impartirlo.
¡Gracias, Sharon, por estar ese día y compartir en el taller!
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Charla con lxs adolescentes "Hablemos del amor". |
Esta semana que pasé en
Xpujil me hizo ver cuanto realmente aprecio mi tiempo vivido allí. Y
no es poco. Era una buena oportunidad para recapitular y cerrar la
experiencia. Estas son las conclusiones a las que llegué.
La parte de ser profesora de inglés no siempre fue fácil. Sobre
todo al principio del año cuando después de regresar de las
vacaciones como si la regularidad que por fin se estableció antes de
las navidades nunca hubiera existido. Se
tuvo que volver a empezar por segunda vez.
Aunque algunxs alumnxs decidieron abandonar las clases
definitivamente y otrxs tomaron su tiempo para regresar, también
aparecieron unas personas nuevas con interés de involucrarse. En
aquellos momentos me di cuenta que volver a impartir la primera clase
tantas veces sin realmente saber si la persona está dispuesta a
seguir puede resultar algo frustrante. La continuidad que es
imprescindible para poder enseñar de manera constructiva un idioma a
un grupo de personas es un factor casi imposible de controlar en este
contexto. Y en vez de querer controlarla hay que armarse con buena
dosis de paciencia, la cual, no voy a mentir, a veces me faltaba.
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Momentos disperos :D |
Este era el lado real
(
fuera de los unicornios y colores rosa)
que costaba trabajo. Más allá de
él se
encuentra el compartir, crear lazos y aprender mucho. En la dinámica
de la clase se aprende como persona y como profesora. Se aprende a
escuchar mejor, adaptarse más, abrirse y dejarse guiar por el
instinto que muchas veces me valía más que haberme preparado la
clase hasta el último detalle (que no voy a mentir, pocas veces lo
hacía). Se aprende de los altibajos de lxs estudiantes a explicar
con paciencia y a dejar que el espacio sea seguro para compartir
cualquier duda. Y sobre todo, más tarde o temprano se acaban
compartiendo trocitos de las vidas personales y se crean lazos y
amistades. Por lo tanto, ser profesora es una experiencia que
fácilmente le vuelve loca a una, pero también se puede disfrutar
mucho.
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El día internacional de la mujer, 8 de marzo. |
Estar en Germina, que es
un espacio de cultura, oficina compartida, lugar de encuentros, casa
de lxs voluntarixs y mucho más era un
gusto.
Disfruté mucho de poder contribuir con ideas que se me ocurrían y
de poder compartir con las personas que están alrededor del centro.
Todas las
conversaciones repletas de
pensamiento crítico me han abierto los ojos en muchos aspectos, me
han inspirado y pude aprender sobre
varias
realidades de México (.. y del mundo) escondidas a primera vista.
Por lo tanto, gracias Germina y gracias a todas las personas con las
que tuve la oportunidad de compartir mi tiempo en Xpujil.