Porque
a veces se mezclan
y enlazan unas a las otras.
Crean
cúmulos en los cuales nos vemos incapaces de diferenciar.
Diferenciar entre los motivos reales que crean dolor del alma de los
imaginarios. Creo que el ser humano tiene una tendencia
sadomasoquista y a una parte de nosotros le gusta hacernos
sufrir. Hay motivos tangibles que
necesitan que se les pase mal. Rupturas. Pérdidas.
Desilusiones grandes.
La
mente tiene la capacidad de potenciar al máximo tanto los momentos
de la felicidad máxima como aquellos ratos de estar en el fondo
personal. Una no tiene que ser bipolar para vivirlo (creo).
¿Cuáles
pueden ser los ingredientes que abonan el malestar? Miguitas de
autolástima, gotas de complejos del pasado y cucharas de
imaginaciones refutables por razonamiento lógico. Por ejemplo.
Allí,
en ese momento de acumular y mezclar demasiado es bueno empezar a
diferenciar y pararse para hacer el esfuerzo de analizar los procesos
mentales.
Para no
perder el hilo.
En el
diálogo con la Vida.
Está muy bien escrito. Enhorabuena. :)
OdpovědětVymazatQuizás ni la felicidad ni el dolor existan realmente... quizás sólo sean ilusiones creadas en la mente...
Yo no creo que ni siquiera existan causas de peso que conduzcan irremisiblemente al dolor, sino que el dolor siempre se crea en la mente. Como ejemplo, una persona puede sufrir terriblemente por una pérdida, mientras que otra persona puede no alterarse por una pérdida de parecida naturaleza.
Un saludo. J.